El beso
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El beso
El beso
Pues resulta que de nuevo
"la española cuando besa
es que besa de verdad",
y las que salen "en tetas",
nos legalizan los porros,
del pudor se cachondean
y presumiendo de libres
al amor libre se entregan,
como monjas ursulinas,
por un pico se flagelan.
Saca su coordinadora
-comunista, por más señas-
a una banda de gritonas
obedientes y guerreras,
dispuestas a berrear
y a linchar a quien le ordenan
estas místicas ministras
de la podemita histeria.
Yo defiendo a las mujeres,
lo soy yo, también mis nueras,
lo fue mi querida madre,
lo son mi hermana, mis nietas,
algunas buenas amigas
y las que siguen mis letras.
Si defenderlas queréis,
protegedlas de pequeñas,
impidiendo que panfletos
de ideologías torticeras
lleguen para perturbarlas
a los libros de la escuela.
Educadlas con amor,
libres de las diferencias
entre hombres y mujeres
de vuestra estúpida guerra
y detened esta farsa
por respeto a todas ellas.
La mujer gana el respeto
que merece si se esfuerza,
trabaja, estudia y actúa
según su naturaleza,
y no siguiendo consignas
de feministas veletas
que tan solo las defienden
cuando interesa a la izquierda.
Pueden soltar violadores,
por sus políticas lerdas,
o por su complicidad
okuparles las viviendas,
o disminuir el número
de guardias que las protejan...,
que se esconderán calladas,
pues se mueven sus ideas
solo al viento mercenario
de quien llene sus carteras.
Artesana, 1-9-23
Pues resulta que de nuevo
"la española cuando besa
es que besa de verdad",
y las que salen "en tetas",
nos legalizan los porros,
del pudor se cachondean
y presumiendo de libres
al amor libre se entregan,
como monjas ursulinas,
por un pico se flagelan.
Saca su coordinadora
-comunista, por más señas-
a una banda de gritonas
obedientes y guerreras,
dispuestas a berrear
y a linchar a quien le ordenan
estas místicas ministras
de la podemita histeria.
Yo defiendo a las mujeres,
lo soy yo, también mis nueras,
lo fue mi querida madre,
lo son mi hermana, mis nietas,
algunas buenas amigas
y las que siguen mis letras.
Si defenderlas queréis,
protegedlas de pequeñas,
impidiendo que panfletos
de ideologías torticeras
lleguen para perturbarlas
a los libros de la escuela.
Educadlas con amor,
libres de las diferencias
entre hombres y mujeres
de vuestra estúpida guerra
y detened esta farsa
por respeto a todas ellas.
La mujer gana el respeto
que merece si se esfuerza,
trabaja, estudia y actúa
según su naturaleza,
y no siguiendo consignas
de feministas veletas
que tan solo las defienden
cuando interesa a la izquierda.
Pueden soltar violadores,
por sus políticas lerdas,
o por su complicidad
okuparles las viviendas,
o disminuir el número
de guardias que las protejan...,
que se esconderán calladas,
pues se mueven sus ideas
solo al viento mercenario
de quien llene sus carteras.
Artesana, 1-9-23

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