Pisadas marchitas
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Pisadas marchitas
Pisadas marchitas
Septiembre se despide; otro verano
se marcha desnudando la arboleda.
Cruje el ocre reseco en mi vereda
y alborota el paseo cotidiano.
El sol me envuelve suave, más lejano,
¿o soy yo quien se aleja? La alameda,
cuando la tarde hacia la noche rueda,
al frío lo presiente ya cercano.
La brisa levantisca alienta un beso
y agita entre espinosas bolas rojas
sus delicadas flores el madroño.
Proseguí por la senda sin regreso,
y quedaron atrás sobre las hojas
las pisadas marchitas del otoño.
Artesana, 23-9-22
Septiembre se despide; otro verano
se marcha desnudando la arboleda.
Cruje el ocre reseco en mi vereda
y alborota el paseo cotidiano.
El sol me envuelve suave, más lejano,
¿o soy yo quien se aleja? La alameda,
cuando la tarde hacia la noche rueda,
al frío lo presiente ya cercano.
La brisa levantisca alienta un beso
y agita entre espinosas bolas rojas
sus delicadas flores el madroño.
Proseguí por la senda sin regreso,
y quedaron atrás sobre las hojas
las pisadas marchitas del otoño.
Artesana, 23-9-22
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